CRUCITA GUTIÉRREZ SEGOVIA: MIS AMIGOS PINTORES

LAURA VIDRA

Morón, Buenos Aires Argentina

"Cuando los pinceles siguen hablando"

Segunda publicación de su obra

"Espectacular día en el río Luján"

“Laura vidra nace en Morón, provincia de Buenos Aires, Argentina. En 1989 emigra a Israel y es ahí cuando se inicia en el arte naif, participando en exposiciones municipales en Tel Aviv y Ra’anana. A su regreso a la Argentina en el año 1994, continúa con el placer de la pintura naif, adoptándola como su esencia. Su disciplina y talento se vio labrado por una serie de aristas de gran talento, como Oscar Capristo, Kenneth Kemble, Peter Malenccini, María Teresa Bobbio,..." (2)

"El arte no descansa"

“Laura Vidra colabora con su obra en: *Diccionario Argentino de Artes Plásticas, editado por la revista “La actualidad Arte y Cultura”, de Minina Fernández Navarro(2002) *Arte Ingenuo, Tomo I, colección de arte Edea(2005) *Gina Gallery, Tel Aviv – Israel, exposición permanente de sus cuadros hasta la actualidad (2018) *AGENCAISSA S.A., artista exclusiva para su línea de calendarios (2008 , 2010 y 2016) *Hocky´s Publicidad, artista exclusiva para su línea de calendarios (2011 y 2013).” (3)

"Brindis por el amor"

“Su lenguaje posee claridad y perfección, las imágenes documentan interiores. De la misma manera aborda el paisaje urbano de Buenos Aires y vistas paisajísticas de Israel, uno de los países donde el arte naif ha conquistado un lugar preferencial. En este artista puede percibirse la excelencia en el manejo cromático y dibujístico. Su lenguaje es rico y variado en cuanto no permite fórmulas ni estereotipos. La creación y no la repetición de fórmulas exitosas, más los motivos elegidos e imaginados por la artista, califican su producción pictórica.” (4)

"La isla del arte"

“Soledad, y su opuesto, la compañía, que estimula con su vecindad, parecen frecuentar la pintura de Laura Vidra, quién milita, y no sin dulzura, en las cada vez más nutridas, variadas y abigarradas filas de la pintura ingenua, también conocida como “naive”. Y entre las variadas verdades que establece, surge de sus cuadros la revelación a la que ella escapa y a cómo lo hace, a lo cotidiano y a lo trivial, para internarse por los siempre riesgosos caminos de lo fantástico. Aquí es un decorado fastuoso, con cierto dejo oriental, y más allí una tierna pareja de novios judíos, celebrando el rito de su unión; mas allá son Adán y Eva, también en el momento de ser consagrada su pareja, debajo del árbol al cual debemos, por la presencia del demonio, tantos y tantos males.” (5)

"La cocina de la Tota"

“Laura revela, igualmente, ser capaz de penetrar, en un digno gesto de amor, en una cámara nupcial que se abre a un paisaje de amor, cuyas paredes están abiertas, igualmente, para recibir el misterio de la fecundación. Y todo esto sin grandes gestos ni vociferaciones, en voz baja, que a la postre es la que mejor y más claramente se hace escuchar, con los ojos (mientras las manos trabajan) puestos sin desviarse en la única pintura que merece ese hombre, y a la que ella se ha entregado totalmente; la genuina, la verdadera, la sincera y siempre derramando vida y alegría. Así permanece Laura Vidra, hacedora de sueños y pastora de bellezas.” (6)